Unamuno fin de siglo

[...] Unamuno (el escritor, el filósofo) comenzó antes del 97 a inventar la crisis de su personaje y prosiguió después durante varios años en esta difícil tarea. Por este motivo conviene señalar la etapa de cambio de siglo no sólo como el período real de duración de la crisis del 97, sino también como el complejo contexto cultural y semántico de la misma: la crisis del 97, de Unamuno, es un ejemplo y un reflejo de la crisis nihilista europea. Y esto es así al margen de cualquier valoración de la crisis unamuniana, es decir, del hecho de que este supuesto incipit vita nova sea cierto o no (¿pero qué quiere decir cierto en este caso? ¿sincero?). Porque es el relato de la crisis, y no la crisis per se, lo que reviste un preciso significado histórico-filosófico que es posible y necesario indagar y aclarar.
A este respecto, ya desde ahora se puede adelantar que la insistencia con que Unamuno vuelve a empezar este relato, a retomarlo y a repetirlo prueba a todas luces que no estamos ante una vivencia (Erlebnis) meramente personal y anecdótica. En otras palabras, la crisis del 97 pudo ser ab origine tan sólo un episodio en la vida de cierto autor empírico, pero sin duda ya no lo es, porque el autor vasco desde el primer momento, o incluso antes, se ha encargado de transformarla en ficciones literarias y ensayos filosóficos.
Únicamente de éstos, de los textos de la crisis, tienen que preocuparse sus intérpretes, dejando finalmente de lado todas las vanas conjeturas sobre las vicisitudes de aquel curioso personaje llamado Miguel de Unamuno y Jugo.